viernes, 23 de enero de 2009

DIOCESIS DE CARABAYLLO

Antecedentes
Antes que se formará la Diócesis de Carabayllo el Cono Norte de Lima pertenecía a la Arquidiócesis de Lima, siendo la Zona Pastoral 1A con tres Vicarías Territoriales. Es a partir de ese territorio que se instituye la diócesis, aunque se incorporaron algunas y otras quedaron como parte de la Arquidiócesis.Desde principios de la década del 90 se empezó a tejer la red de la orgánica de la Pastoral Juvenil, buscando tener delegados por cada vicaría con un pequeño equipo que coordinará algunas acciones conjuntas. Así la Vicaría 3 tenía sus olimpiadas anuales y la Vicaría 2 realizaba un festival en el mes de agosto y un encuentro de navidad. Estos equipos fueron la base de la orgánica que conformaría el equipo de la Diócesis.En el año 1994, siendo el obispo auxiliar de esa Zona Pastoral Monseñor Miguel Cabrejos y estando el P. Jorge Cumpa junto con un equipo de Jóvenes coordinando la Pastoral Juvenil en esa zona pastoral, se decidió realizar el 1º Congreso Juvenil que tuvo como tema La Familia. Este congreso reunión alrededor de mil jóvenes, pero su mayor aporte fue que permitió fortalecer las relaciones entre los equipos de cada vicaría y darles identidad como Zona Pastoral. El Cono Norte cobraba rostro propio con una identidad particular. Luego del congreso los equipos volvieron a sus actividades significativas y se perdió la frecuencia de reuniones y su trascendencia. Así fue debilitándose nuevamente la posibilidad de un trabajo conjunto y planificado, puesto que en cada una de las vicarías se reunión para preparar sus actividades.Los nombres y rostros son muchos, y es en esas raíces que se va nutriendo la conformación de la Pastoral Juvenil cuando nos convertimos en diócesis.
Inicio de la Vicaría de JuventudEn 1997 al instituirse la Diócesis de Carabayllo, Monseñor Lino Panniza decide encargar el trabajo de coordinación de la Pastoral Juvenil al Pbro. Guillermo Elías párroco en Señor de los Milagros, con quien deciden formar la Vicaría de Juventud a mediados de 1998. Frente a la debilidad que en ese momento tenían los equipos vicariales se fueron convocando algunos voluntarios dispuesto a organizar esta vicaría. Se realizaron diferentes convocatorias a representantes parroquiales, las cuales en un inicio tuvieron poca acogida. Desde un principio se busco un joven que pudiera liderar junto al sacerdote encargado la conformación de este equipo. Una muestra de la poca identidad que se tenía y la dificultad de construir esa red fue que en los primeros nueve meses de existencia de la vicaría tuvimos tres Secretarios Ejecutivos en la vicaría, mientras los equipos vicariales se incorporaban lentamente a la coordinación diocesana.Desde un principio se busco participar de la Orgánica Nacional, es así que Carabayllo participa del Encuentro Nacional de Asesores del año 1998. Al no tener aun una base juvenil, se decidió no participar ese año del Encuentro de la Región Oeste, siendo ese el único encuentro en el cual Carabayllo no ha tenido representación. Puesto que luego a estado siempre presente en los Encuentros y Congresos aportando ideas y alternativas.La reunión que tuvo mayor convocatoria fue la que se realizó luego de un encuentro de párrocos, donde asistieron más del 70% de delegados parroquiales. Fue en esa reunión donde se planteo como fortalecer la orgánica de la Pastoral Juvenil y nuestro identidad como pastoral juvenil diocesana. Frente a eso los jóvenes decidieron que se debía realizar una actividad masiva que marcará el encuentro de los jóvenes de la diócesis y conformar un Equipo de Voluntarios independiente de los equipos vicariales, puesto que estos animaban sus propias actividades y se necesitaba que alguien mantuviera la identidad como diócesis.Así en esa reunión es que nace el EJUCAR para el que se elige un Coordinador General, que era delegado de la parroquia Reina de los Cielos, conformando algunas comisiones y luego se eligió al Secretario Ejecutivo que era el delegado de la parroquia Nuestra Señora de la Luz. Junto a la realización del EJUCAR se decidió que se realizarían encuentros por vicarías en Pascua de Resurrección yen navidad. Actividades que en los primeros años se realizaron con mucho entusiasmo y luego perdieron protagonismo frente a las acciones tradicionales de cada vicaría territorial.En esos años la iglesia venía viviendo la preparación para la celebración del Jubileo del año 2000, por lo cual el tema de los primeros EJUCAR fue en función de la preparación que vivíamos para esta fiesta. Así el tema del Primer EJUCAR en 1998 fue “Padre he vuelto porque sé cuanto me amas”, el segundo en 1999 tuvo como tema “Un joven con el espíritu se renueva”. Ambos realizados en las instalaciones del Estadio de la Universidad Nacional de Ingeniería en los meses de septiembre por ser el mes de la juventud. En el año 2000 teniendo la fiesta jubilar el encuentro se realizo frente a la municipalidad de Los Olivos, lugar al que cada vicaría llego realizando un pasacalle con los temas del Trabajo, Justicia y Dignidad, todos bajo el lema de “Carabayllo, fe joven que camina”.En torno a la organización estos años permitieron consolidar la identidad como pastoral juvenil diocesana, identificar las fuerzas y agentes dispuestos a construir una red de reflexión y acción. También se fue viéndose con mayor claridad la necesidad de tener un lenguaje común, construir juntos una acción significativa e ir consolidando una acción transformadora de nuestra realidad. De esta necesidad es que surge la decisión de realizar el Congreso Diocesano de Pastoral Juvenil.La Formación de agentesDesde los inicios de la vicaría aparecieron los requerimientos de formación, frente a lo cual no sólo se exigía frecuencia sino también calidad. Esa exigencia fue incentivando a los voluntarios del equipo diocesano a profundizar en su reflexión y renovación.Esta necesidad de formación se atendía en dos formas, la más frecuente era atendiendo los pedidos que hacían las parroquias y grupos con temas específicos o el apoyo en procesos un poco más largos. La otra forma de atender la necesidad fue a través de los Cursos Diocesanos de Pastoral Juvenil.Frente a las grandes actividades de la diócesis se busco formar agentes que pudieran colaborar en la organización de los eventos y que estuvieran siempre al servicio de sus parroquias. Es así que en Primer Curso Diocesano se decidió tener dos salones uno de Animadores y otro de Asesores, pero la buena respuesta, aunque siempre a última hora, obligo abrir un salón más de animadores. En ese primer curso se capacitaron a más de 80 líderes y 35 asesores. Una respuesta muy similar fue la que se obtuvo en el Segundo y Tercer curso Diocesano. Para el tercer curso diocesano ya teníamos talleres especializados para animadores y asesores que fueron evaluados muy positivamente por los participantes.En el año 2001, teniendo ya una comunicación más fluida con los equipos vicariales y teniendo mayor claridad en las acciones significativas de la diócesis y de cada una de las vicarías se decidió dar un gran paso en línea a la construcción de la unidad de la Pastoral Juvenil. Convocar el Primer Congreso Diocesano de Pastoral Juvenil con el lema buscando definir los principales desafíos de la Pastoral Juvenil, meta que fue cumplida durante el mismo congreso y gracias al trabajo posterior de un grupo de asesores se pudieron determinar las Líneas de Acción.También es necesario mencionar que en vista a la realización de este Congreso y a una decisión de realizar el EJUCAR en el mes de diciembre buscando la participación de los jóvenes que celebraban el sacramento de la Confirmación en las parroquias durante los meses de noviembre y diciembre, ese año el EJUCAR tuvo muchas dificultades en su organización y realización. Se contó con muy pocos voluntarios y líderes, además que la dinámica propia de las parroquias durante el mes de diciembre, donde finalizan muchos programas, además de la cercanía a la navidad minimizaron la convocatoria y distrajeron el logro de los objetivos de ese año que apuntaban a favorecer el voluntariado de los jóvenes durante el verano en programas de desarrollo humano.
Renovación del Equipo Diocesano
Quizás la debilidad evidenciada en el EJUCAR del 2001, pero también por la fortaleza de haber realizado el Primer Congreso y tener claridad en los desafíos de la Pastoral Juvenil es que se impulsa la renovación del Equipo Diocesano, para lo cual se empieza renovando el contacto con los equipos vicariales, buscando que las relaciones sean más fraternas e integradas, buscando también responder a las necesidades formativas de las vicarías. El año 2002 trajo fuertes cambios. El Pbro. Guillermo Elías había sido nombrado formador de los seminaristas de último año, su año pastoral, lo que le exigía cada vez mayor dedicación por lo cual era necesario tener un representante del obispo que pudiera mantener la cercanía y el acompañamiento que ya se había marcado en el trabajo de la Vicaría de Juventud, por lo cual se nombra al Pbro. Danny Salgado como nuevo Vicaría de la Juventud. Junto a él se toma la decisión de consolidar las relaciones entre los equipos vicariales y se ve con mayor claridad la necesidad de fortalecer la participación de los jóvenes en acciones de transformación social, por lo cual el tema del año es “Jesús esperanza joven que transforma la historia” Asumimos que el periodo de preparación de ese año para los líderes del EJUCAR, así como el tema del año favoreció un mayor compromiso de esos líderes, tanto con el evento como con las pastorales en sus parroquias. Es así que ese año el EJUCAR recupero en mucho el espacio que ya había ganado. Tanto en la convocatoria de los jóvenes, como en el trabajo previo que se vivió en las parroquias, en la cual muchas de ellas vivieron acciones solidarias de compromiso con los más necesitados de sus sectores. Los testimonios tuvieron vital importancia el día del encuentro porque sensibilizo a las parroquias que no lo habías realizado y los animo a realizarlo aun después del encuentro.Lamentablemente la fragilidad de los compromisos de los jóvenes, su imperiosa necesidad de mantenerse realizando actividades, así como la poca capacidad del equipo diocesano de abrirse a nuevas personas debilito la renovación del equipo diocesano.Frente a esto se decidió elaborar el Plan Diocesano de Pastoral Juvenil, aprovechando que en la diócesis se venía implementando el modelo de planificación Nueva Imagen de Diócesis y que algunas parroquias estaban comprometiéndose con esa planificación. Así durante el primer semestre del 2003 se tuvieron 8 jornadas descentralizadas, agrupando a parroquias cercanas, para la elaboración de la Situación Problemática de nuestra Pastoral Juvenil. Los temas encontrados en esta situación problemática fueron los que se buscaron responder con el VI Curso Diocesano de Pastoral Juvenil, donde los participantes con la ayuda de los ponentes establecieron el Marco Teórico que definirá nuestra pastoral juvenil.Con esos temas tuvimos una jornada de reflexión donde los jóvenes eligieron las opciones prioritarias de la Pastoral Juvenil, lo cual celebramos en el último EJUCAR “Con Jesús seamos protagonistas de un mundo nuevo”. Con la gran responsabilidad de la organización del Congreso Nacional y sabiendo que esto nos permitiría nuclear nuevamente a las bases se decidió esperar hasta después del congreso para establecer los Desafíos y las Líneas de Acción con los líderes que surgán con el compromiso por la diócesis.